40 pueblos de la provincia claman por la falta de agua
Una vecina de Benizalón llena una botella con agua potable de una cuba. | M. Cabrera
- El abastecimiento del agua es la gran lacra de la provincia de Almería.
- Albox se echa a la calle para exigir soluciones tras sumar 30 años de espera.
En más de 40 pueblos de Almería, todavía es posible captar
fotografías de otros siglos: las de hombres, mujeres y niños acarreando
cántaros y garrafas de agua potable de cubas que llegan a sus plazas.
Unas imágenes que, como dice el presidente de la Diputación, Gabriel
Amat, al margen de ser «intolerables», no se corresponden con el siglo
XXI y convierten al abastecimiento de agua en el principal problema de
la provincia, junto a la crisis y el paro, claro.
Horas antes de que Amat hiciera balance de su recorrido por los 102 municipios de la provincia, más de medio millar de indignados vecinos de Albox se manifestaban en la plaza de San Francisco, convocados por la plataforma Asamblea por el agua potable, para exigir la llegada de un precioso bien del que carecen desde hace 30 años.
Los vecinos llegaron a exhibir botellas llenas del agua turbia que sale por sus grifos y reclamaron al Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de Andalucía que resuelvan de una vez por todas un problema que afecta gravemente a su calidad de vida, algo que también sucede en otros pueblos de la comarca del Almanzora.
Y en tantos otros de la provincia que claman por el agua como hacían sus antepasados, y que ha llevado, incluso, a que corporaciones locales se planten y digan basta. Como sucedió en Benizalón, donde el pleno llegó a aprobar, con la unanimidad de todos los partidos el año pasado, que si no se solucionaba el problema se cerraría el Ayuntamiento y se entregarían las llaves. Finalmente, la ayuda de la Diputación lo impidió.
Gabriel Amat está de acuerdo con estos vecinos al estimar que hacer llegar agua potable a todos los pueblos almerienses debe ser una de las principales prioridades de las administraciones, aunque resaltó que se trata de una competencia de la Junta de Andalucía. Por ello habló de «dejadez» al referirse a su cumplimiento y le exigió que cumpliera con su responsabilidad.
Sin embargo, la Junta de Andalucía mantiene que el abastecimiento de agua a los hogares es responsabilidad municipal, así como lo es también garantizar su calidad. Es por eso, apunta, que son los municipios los encargados de realizar los controles periódicos de la misma.
Asimismo, añade que también es competencia municipal informar a sus vecinos a través de bandos u otras fórmulas de la calidad del agua y de las restricciones impuestas a su consumo, así como buscar fórmulas de suministro alternativo.
Mientras, Amat también informó de que a la llegada del PP al gobierno de la Diputación, un total de 41 municipios se encontraban pendientes de la adjudicación de obras para tener acceso a agua potable, si bien solamente se había iniciado los trámites para contar con dichas infraestructuras, financiadas con fondos europeos, en uno de los casos. De ahí que desde la institución supramunicipal se decidiera colaborar en la búsqueda de soluciones. «Hemos llevado a cabo un estudio muy completo del déficit hídrico y hemos acometido sondeos, trabajos para detección de fugas, abastecimiento y mejora de las infraestructuras», indica.
Amat enumera una serie de trabajos acometidos por la Diputación, entre los que destaca la licitación por 400.000 euros de una obra destinada al arreglo de un colector que impida verter aguas residuales al cauce del río Andarax por parte de siete municipios de la comarca. Una obra que «tenía que haber ejecutado la Junta», pero que no lo ha hecho.
El presidente de la Diputación también ha puesto sobre la mesa otro grave problema que afecta a municipios de la provincia y que ha podido ver en persona en sus visitas: "tirar aguas residuales a los ríos, algo que tampoco es normal en estos tiempos».
Horas antes de que Amat hiciera balance de su recorrido por los 102 municipios de la provincia, más de medio millar de indignados vecinos de Albox se manifestaban en la plaza de San Francisco, convocados por la plataforma Asamblea por el agua potable, para exigir la llegada de un precioso bien del que carecen desde hace 30 años.
Los vecinos llegaron a exhibir botellas llenas del agua turbia que sale por sus grifos y reclamaron al Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de Andalucía que resuelvan de una vez por todas un problema que afecta gravemente a su calidad de vida, algo que también sucede en otros pueblos de la comarca del Almanzora.
Y en tantos otros de la provincia que claman por el agua como hacían sus antepasados, y que ha llevado, incluso, a que corporaciones locales se planten y digan basta. Como sucedió en Benizalón, donde el pleno llegó a aprobar, con la unanimidad de todos los partidos el año pasado, que si no se solucionaba el problema se cerraría el Ayuntamiento y se entregarían las llaves. Finalmente, la ayuda de la Diputación lo impidió.
Gabriel Amat está de acuerdo con estos vecinos al estimar que hacer llegar agua potable a todos los pueblos almerienses debe ser una de las principales prioridades de las administraciones, aunque resaltó que se trata de una competencia de la Junta de Andalucía. Por ello habló de «dejadez» al referirse a su cumplimiento y le exigió que cumpliera con su responsabilidad.
El dinero de los impuestos no se reinvierte
Así, informó que a pesar de que es la Administración andaluza la que cobra un canon en el recibo del agua a los contribuyentes, y a pesar de que sólo en el Poniente almeriense, por ejemplo, se han recaudado cuatro millones de euros con este impuesto, este dinero "no se ha reinvertido en el beneficio de los ciudadanos".Sin embargo, la Junta de Andalucía mantiene que el abastecimiento de agua a los hogares es responsabilidad municipal, así como lo es también garantizar su calidad. Es por eso, apunta, que son los municipios los encargados de realizar los controles periódicos de la misma.
Asimismo, añade que también es competencia municipal informar a sus vecinos a través de bandos u otras fórmulas de la calidad del agua y de las restricciones impuestas a su consumo, así como buscar fórmulas de suministro alternativo.
Mientras, Amat también informó de que a la llegada del PP al gobierno de la Diputación, un total de 41 municipios se encontraban pendientes de la adjudicación de obras para tener acceso a agua potable, si bien solamente se había iniciado los trámites para contar con dichas infraestructuras, financiadas con fondos europeos, en uno de los casos. De ahí que desde la institución supramunicipal se decidiera colaborar en la búsqueda de soluciones. «Hemos llevado a cabo un estudio muy completo del déficit hídrico y hemos acometido sondeos, trabajos para detección de fugas, abastecimiento y mejora de las infraestructuras», indica.
Amat enumera una serie de trabajos acometidos por la Diputación, entre los que destaca la licitación por 400.000 euros de una obra destinada al arreglo de un colector que impida verter aguas residuales al cauce del río Andarax por parte de siete municipios de la comarca. Una obra que «tenía que haber ejecutado la Junta», pero que no lo ha hecho.
El presidente de la Diputación también ha puesto sobre la mesa otro grave problema que afecta a municipios de la provincia y que ha podido ver en persona en sus visitas: "tirar aguas residuales a los ríos, algo que tampoco es normal en estos tiempos».
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